Sin embargo, el vidrio templado presenta el riesgo de rotura espontánea. Puede contener impurezas como inclusiones de sulfuro de níquel y, cuando el cristal se expande y se contrae por lo cambios de temperatura, se producen tensiones que pueden provocar el estallido del vidrio.
Y, aunque los fragmentos de vidrio templado tienden a ser menos peligrosos, la caída de una lluvia de cristales pequeños o la eliminación de una barrera de protección como una barandilla representan grandes riesgos de seguridad para personas e instalaciones.
3M, a través de su Departamento de Productos de Imagen Gráfica, ofrece una gama completa de láminas de seguridad y sistemas de fijación que ayudan a contener el vidrio templado en caso de rotura espontánea y, lo más importante, protegen lo más cercano y querido. Evitan que los fragmentos puedan caer tanto al interior como a la calle y provocar daños y víctimas.
Cada lámina se compone de una película de poliéster transparente con una capa superficial resistente a las rayaduras y a los arañazos y una capa de adhesivo acrílico fuerte. Así, presenta elevada resistencia a la tracción y gran elongación antes de la rotura, aumentando el aguante del sistema de acristalamiento frente a impactos.
Al disminuir la transmisión de los rayos UVA y UVB (con un bloqueo del 99 por ciento, sin alterar la luminosidad), impiden la decoloración del mobiliario y vuelven a fomentar la recuperación de la inversión mediante el ahorro que generan.
Las láminas se instalan fácilmente con agua y una solución de agua jabonosa. Y el mantenimiento se puede realizar con los productos habituales para limpieza de cristales, como las esponjas sintéticas los paños suaves y las escobillas de caucho de 3M.