La fibrilación auricular, abreviada A-Fib (Fib A) en Estados Unidos y AF (FA) en Reino Unido, afecta a millones de personas y se considera como un “contribuyente serio” a la insuficiencia cardiaca y los accidentes cerebrovasculares.
El tratamiento puede variar, pero hay un proceso relativamente nuevo denominado ablación mediante campos electromagnéticos pulsados (PFA – Pulsed Field Ablation) que está comenzando a atraer el interés de doctores, pacientes y fabricantes de equipos originales (OEM).
Con la fibrilación auricular, el latido del corazón se convierte irregular y, a menudo, anormalmente rápido, pudiendo llegar a doblar la velocidad.
Esto es causado por cambios en el tejido del corazón y puede provocar accidentes cerebrovasculares o insuficiencia cardiaca si no se trata a tiempo.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC – Centers for Disease Control and Prevention) de Estados Unidos, alrededor del 2 por ciento de los jóvenes y el 9 por ciento de los mayores de 65 años de todo el mundo padecen este tipo de fibrilación, en tanto que la Fundación Británica para el Corazón (British Heart Foundation) cita un aumento del 50 por ciento en el diagnóstico de la afección durante la última década.
Tratamiento de la fibrilación auricular
La ablación es un procedimiento médico empleado para tratar la fibrilación auricular. Consiste en la inserción de un catéter fino con electrodos pequeños en su punta a través de una vena hasta llegar al corazón. Los electrodos miden la actividad del corazón y determinan la ubicación exacta del problema.
Posteriormente, se envía energía a lo largo del catéter hasta ese sitio. Puede ser una señal de radiofrecuencia (RF) que calienta y cauteriza el tejido. En su defecto, se podría usar la crioablación, donde se bombea gas al tejido afectado mediante una aguja fina para congelarlo.
La técnica relativamente nueva de la ablación con campos electromagnéticos pulsados realiza una ablación (extirpación) selectiva del tejido cardiaco que causa las señales eléctricas anormales y, a su vez, la arritmia.
Este tratamiento se lleva a cabo sin dañar los tejidos circundantes mediante la aplicación de una serie de pulsos eléctricos de alta intensidad (con una duración de microsegundos) para crear poros en las membranas celulares. El proceso, denominado electroporación, altera la homeostasis de las células afectadas y las mata.